6ta. Fiesta y molienda comunitaria del mezquite 2024

Predio El Cortijo, pionero en prácticas agroecológicas para la conservación de suelo, agua y vegetación en el semiárido guanajuatense, te abre sus puertas.

Sábado 20 de julio

¡Vive la experiencia!

PROGRAMA
DE ACTIVIDADES

10:00 hrs. Recepción.

10:15 hrs. Bienvenida.

10:30 hrs. Plática del proyecto en el Predio El Cortijo.

11:30 hrs. Muestra de cosecha de agua y bancales de plantas aromáticas y medicinales.

12:00 hrs. Paseo didáctico.

14:00 hrs. Práctica de infiltración de agua en suelos intervenidos, por el M. en C. e investigador del INIFAP Ramón Aguilar.

16:00 hrs. Molienda de la vaina del mezquite.

17:00 hrs. Término del evento.

  • Venta de comida.

  • Mercado artesanal de productores de la región.

  • Ingreso: $50.00

  • Niños menores de 12 años entran gratis.

  • Pet-friendly

Ubicación

¿Quiénes somos?

Proyecto de conservación de recursos naturales en ambiente semiárido

Misión:

Conservar, rehabilitar y cultivar bajo la sostenibilidad los recursos naturales del semiárido del norte de Guanajuato.

El Mezquite:

Conocido por su resistencia a condiciones extremas de sequía, sus raíces profundas, y su capacidad para mejorar la fertilidad del suelo.

Jaime Ocampo

Un hombre auténticamente comprometido con la conservación de la naturaleza, quien llevó a cabo prácticas de conservación de suelo y agua.

SEMBLANZA

Jaime Ocampo

El miércoles 23 de octubre de 2013, hacen morir a Jaime en su rancho El Cortijo, ubicado en la carretera Dolores Hidalgo- San Luís de la Paz, Guanajuato.

Jaime Ocampo durante más de veinte años se dedicó a la conservación y restauración de suelos. A partir de 1985 en su rancho El Cortijo inició los trabajos ante el paisaje desértico y desolado característico de nuestro estado de Guanajuato.

Su iniciativa no sólo sirvió como ejemplo en términos sociales, sino que trascendió dentro del campo de la investigación científica. Con su trabajo quedó demostrado que a través de la realización de curvas a nivel, se detiene la erosión y se logra la cosecha de agua en los subsuelos, posibilitando la vida microbiológica y vegetal, así como la formación de humus para reactivar el ciclo vital.

Paralelamente a esas tareas, en Jaime nació y creció su pasión por la conservación y rehabilitación del mezquite. Desarrolló un plan de poda especializado para el fortalecimiento del árbol y del ecosistema en el que se desarrolla, mientras se aprovechan sus derivados como la madera, las vainas, la miel, su sombra y su belleza.

El bosque de mezquites promovido por Jaime en El Cortijo es un medio de vida para infinidad de fauna, en especial las abejas que chupan el néctar y realizan la polinización de la zona.

Además de su trabajo de conservación de suelos, captación de agua y reproducción de mezquite, se esforzó por mantener y reproducir una gran variedad de tunas. 

La diversidad de tonos de los colores rojos, naranjas, rosas, verdes nos fascinaba en esos frutos que Jaime regalaba en la temporada de cosecha. Con ellas se elaboraron jugos, colonche, cerveza, licores y reuniones en las que nos refrescaba el estómago con un sabor dulce y fresco.

¡Quién no probó sus panes hechos con vainas de mezquite!, o los tés de plantas curativas disecadas con extremo cuidado, para que no perdieran el color, así de menta como gordolobo, hierba del perro o paxtle, todos ellos etiquetados con sus nombres comunes y científicos, escritos con su propia letra.

La tierra de hormiguero que recogía para hacer sustratos, el carbón para envolver los quesos, la menta para los licores, la disposición para aprender y enseñar.

Participó en innumerables trabajos, ayudó a llevar agua y luz a comunidades, compartió su conocimiento a través de talleres, impulsó la medicina tradicional, colaboró con la conservación de áreas protegidas –como el Charco del Ingenio-, organizó pláticas de personas y colegas al servicio del bienestar común, promovió medios de comercialización como los tianguis –tosma- para el beneficio económico de los productores locales y regionales. Junto con otros, creó y desarrolló la estructura para la democracia de los trabajos colectivos.

Hombre puntual, que hablaba y exigía hablar con precisión, tal vez por su necesidad de entender cada parte de la realidad en la que vivimos y convivimos, quizá por la necesidad de nombrar, de comunicar, de entenderse para descubrirse y así descubrir nuevamente al mundo, para sorprenderse de él mismo y de todos.

Incorruptible, discreto y testarudo, celoso de sus principios. Dueño de una personalidad confiable y protectora.

Inteligente, analítico e iracundo ante las injusticias. Irónico, egoísta y poco cuidadoso de la naturaleza nociva del ser humano, de su propia naturaleza.

Así era Jaime Ocampo; hijo, nieto, bisnieto, padre de familia, amigo, conocido, empleado, compañero, fumador, borracho, fiestero.

Con un funeral en el que no paraba de llegar gente con incredulidad para platicar, preguntar, llorar, o para leer los poemas escritos para él y para todos.

Un funeral para ver que estaba muerto así como en algún tiempo nosotros lo estaremos. Tendidos, inmóviles, fríos, pasando a una realidad inevitable. Nos reunimos alrededor de él para acariciar la muerte, su muerte y nuestra propia muerte.

Descanse en paz

Jaime Arturo Martín Ocampo Sánchez

2 de noviembre de 2013

Sara Zepeda.

Vive la naturaleza del semiárido del norte de Guanajuato